LAS HUELLAS DE BÚFALO
El solo pensar que una empresa de la talla de Curtiembres Búfalo, que nació en 1934 en la ciudad de Barranquilla, está en proceso de liquidación, desde el mes de abril, causa escalofrío.
Búfalo lo fue todo en el procesamiento de pieles: calidad, precio, respeto por el ambiente e internacionalización. Fue una inspiración en la transformación de cueros para las industrias del calzado, marroquinería, tapicería y similares. Muchos aprovecharon las ideas de los Minki: Abrahán y Enrique, para dedicarse a este oficio, pero pocos lograron conquistar los mercados, como lo hizo Búfalo, que es y será un ícono. Para contar la historia de Curtiembres Búfalo se necesitarían muchísimas páginas, por su eficiencia, transparencia, poder empresarial, generación de empleo y volúmenes de cuero.
Búfalo era sagrado en los mercados, lo que prometían los Minki, de origen judío, se cumplía al pie de la letra. Sabían de su poder, tanto así, que los clientes les pagaban por anticipado los pedidos y cuando no podían hacerlo de inmediato, sin anestesia les decían, en tal fecha.
La disciplina y la responsabilidad fueron esenciales para alcanzar los mercados en muchos países, comentó Germán Pardo, quien tuvo la misión de posicionar la empresa a nivel mundial, cuando la crisis tocó las puertas de Búfalo y fue llamado para que con su experiencia ayudará a buscar clientes, porque, así como la empresa era un monstruo, también tenía compromisos millonarios, lo cual exigía cuantiosas ventas para su sostenibilidad.
Fernando Morales, quien fue un eje de Búfalo, era consciente de que si las ventas no respondían a las expectativas era necesario ajustar muchas cosas.
Con el doctor Fernando Morales hicimos un gran trabajo, manifestó Germán Pardo, quien con nostalgia se pregunta por qué empresas de la categoría de Curtiembres Búfalo, que producía más de 50 mil cueros y más al mes y les daba empleo a muchísimos trabajadores, hoy es historia.
El fenómeno chino en la década del año 90, con la invasión de zapatos y artículos terminados en imitación cueros, más la entrada de materiales sintéticos, fue una de las causantes de la debilitación de Búfalo, que se hizo insostenible, y la solución, después de varios análisis financieros, fue liquidarla.
Antes de que los asiáticos entraran como Pedro por su casa al mercado colombiano, los fabricantes de calzado locales utilizaban cuero. Llegaron los artículos y materiales asiáticos y el bajonazo se sintió. Por comodidad y precio, los zapateros le apostaron a la más fácil, y uno de los perjudicados fue Búfalo, que dejó de vender enormes cantidades de cuero.
Las importaciones y los fletes también fueron letales, en la triste decisión de Búfalo, que se suma al adiós de Curtiembres Itagüí, Copacabana, Andina, Colcurtidos y Titán, entre otros, que serán recordadas siempre por la identidad que le dieron a la industria de Colombia.
Ahora la tecnología de Curtiembres Búfalo está siendo adquirida por medianos y pequeños procesadores de cuero, que continúan apostándole al oficio.
Los exejecutivos y exempleados de Curtiembres Búfalo están acordando, para el mes de septiembre, una reunión en la ciudad de Barranquilla, a la cual asistirán 150 personas.
El encuentro tiene como objetivo recordar los bellos momentos y darles las gracias, en la planta, a quienes les permitieron crecer como personas, desarrollar sus conocimientos y poner en práctica su profesionalismo.
Aún sentimos el olor a cuero y a cromo, y lo vamos a revivir donde trabajamos muchos años, se le escuchó a Germán Pardo, quien fue el ideólogo de la internacionalización de Curtiembres Búfalo.
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