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El mítico sector continúa dando de qué hablar a todo nivel

EL RESTREPO NOS CALZA Y NOS VISTE…


SOLO se necesita que el barrio de los zapateros, el Restrepo, vuelva a estar en el radar de los consumidores… lo demás está: calzado, ropa y artículos en cuero de la mejor calidad.

El que nuestros padres nos llevaban al Restrepo a comprarnos los zapatos, es una recordación inolvidable entre las generaciones de los años 60, que hoy se hacen el siguiente interrogante: ¿Qué hacen los gobiernos de la Localidad de Antonio Nariño, de Bogotá y de Colombia por el barrio de los zapateros, por los fabricantes, comercializadores e inversionistas de la zona? Están dejando morir este épico lugar y no debería ser así, dicen los consumidores de la vieja guardia, quienes, desde cualquier lugar del país, con sus hijos, nietos, familia y amigos, se dan su paseo de compras. El calzado del Restrepo es una joya para nuestros pies. Ahora mucho más, por las ventas de puntos de fábrica, lo cual es un sello de garantía y de fabulosos descuentos.

Hoy, el barrio Restrepo está en proceso de transformación, adaptándose a los nuevos sistemas de producción y comercialización. No es ningún secreto que la virtualidad le ha quitado clientes presenciales. Sin embargo, continúa siendo un mercado esencial para quienes les encanta lucir bien… quienes van al Restrepo, compran de todo; además de zapatos y vestuario, encuentran gastronomía, recreación, zona de discotecas y lugares históricos, que hacen suspirar profundo a quienes no sabían que Cielos Abiertos del Barrio Restrepo de Bogotá es un símbolo del desarrollo económico de la ciudad, que requiere pinceladas para que sea más atractivo e influyente. Los zapatos y ropa chinos le han dado filudos tijerazos, lo cual exige controles más eficaces de las autoridades.

Hoy, los consumidores están contribuyendo a la reactivación: preguntan si el calzado es en cuero colombiano o en sintético y materiales chinos. Eso es saludable para la industria de la moda, no solo del Restrepo, sino de Colombia.

Nos cansamos de los zapatos y vestuario asiáticos, que llaman la atención por sus diseños y colores, pero son de pésima calidad. El precio es bajo y lo barato sale caro: la duración es mínima, son desechables, no soportan el agua y el calor. La situación no está para invertir, cada 15 o 30 días, en zapatos flor de un día, es mejor un par, pero bueno y hecho por colombianos, dicen los compradores.

Esas reflexiones tendrán que tener algún efecto positivo en la actualidad administración local, liderada por el alcalde (e) Manuel Calderón, quien desde el 8 de noviembre del 2023 está escuchando a los actores de la zapatería y vestuario, en busca de consensos que permitan fortalecer el sector, y según los verdaderos empresarios, es poco lo que ha logrado: quienes dicen ser voceros, buscan su protagonismo y otros están en la tarea de armar más asociaciones, situación que no es de fácil manejo. Los proyectos están enfocados a todo menos al fortalecimiento de los zapateros, confeccionistas y afines. Tienen más tinte político que un objetivo de crecimiento industrial.

Por eso, es notable la ausencia de los industriales en esta clase de procesos… pocos quieren comprometerse suministrando información y firmando, lo que no tiene lineamientos concretos en tendencias productivas.

Lo que sí es cierto es que los consumidores continúan siendo fieles a los zapatos, vestuario y artículos en cuero hechos en el barrio Restrepo de Bogotá.

Comprar calzado y productos en cuero en los puntos de fábrica, en el sector de La Valvanera del barrio Restrepo, es una decisión inteligente.

Autor: José Yesid Angulo Campos

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