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El Doliente

Consumidores, esenciales en la reactivación de los zapateros

MODA CON AMOR Y MUCHA AMISTAD


EL consumo de prendas de vestir ha sido más que regular durante lo transcurrido del año y se espera un repunte a partir de este momento, cuando estamos cerca del cierre del Mes del Amor y la Amistad.

Septiembre siempre ha sido bueno en ventas de calzado y ropa. Hoy, pocos quieren dejar pasar por alto regalar un detalle y si son zapatos y prendas de vestir, espectacular, se les escucha a los comerciantes, quienes, contrario a otros tiempos, cuando pedían volúmenes de artículos para atender a los clientes, están siendo mesurados, porque nos perjudicamos todos: el que fabrica y el que vende, dicen los dueños de almacenes, tiendas y boutiques.

La responsabilidad tiene que ser recíproca: el productor de calzado y ropa hace una inversión, con la seguridad de que quien le pide va a pagar al contado o a crédito, en los días acordados, y si no se cumple se revienta el hilo. El estilo de mercado ha cambiado: antes se vendía a la fija, había dinero. Ahora es difícil por la escasez de circulante. La gente tiene prioridades… gastos en comida, en el hogar, arriendos, servicios públicos e imprevistos, expresan los comerciantes tradicionales, a quienes se les disminuyeron las ventas entre un 75-85 por ciento.

Los compradores que adquirían calzado y ropa en cuero colombianos, ahora utilizan tenis, camisas y pantalones en otros materiales, básicamente traídos de China, en sintéticos y telas, que les son llamativos por diseños y colores.

Estrenan con facilidad, no preguntan el origen, lo cual se convirtió en una tijera para los fabricantes nacionales, que garantizan calidad, buenos insumos y magníficos precios. Necesitamos que impere “Colombiano Compra Lo Nuestro”, “Hecho Con Manos Colombianas”, dicen los comercializadores, quienes, durante el Mes del Amor y la Amistad están vendiendo ‘pendejaditas’… detalles: bolsos, carteras, monederos, cinturones, llaveros y muchos artículos de belleza: tuvieron que convertir sus almacenes en misceláneas para no salir del mercado. Ha sido complicado sostener los negocios, pero ahí vamos, al ritmo del bolsillo de los clientes que, según la edad, compran por Nequi y en efectivo, expresan los sufridos comerciantes que dicen no saber hasta cuando soportarán, porque los arriendos están caros y los ingresos diarios no dan para llevar tanta responsabilidad a sus espaldas.

Muchos consumidores prefieren comprar en el ‘Almacén Agáchate’ (en el mercado informal, en la calle, donde los dueños no pagan arriendo y pueden darse el lujo de vender a precios bajos, caso del barrio Restrepo, 20 de Julio, Los Sanandresitos y San Victorino, entre otros).

En medio de tantas adversidades, el comercio formal se acostumbró a convivir con los vendedores ambulantes, todos requerimos ingresos para sobrevivir, dicen los inversionistas organizados, no solo de Bogotá, sino de todo el país.

Lo importante es que el aparato productivo no se apague; de lo contrario, no sé a dónde iremos a llegar; no es ningún secreto que el desarrollo empresarial depende del consumo. Hoy, es fácil medir la economía: está a medias y sin zapatos, por escaso poder adquisitivo de quienes se quedaron sin trabajo y viven con lo justo, sobregirados.

Se prevé que en los próximos meses las empresas le reabrirán las puertas al empleo, lo cual le dará un respiro a quienes oran para que les salga algo que hacer. La Navidad no podrá celebrase cron arroz con huevo, es con pavo, y el Año Nuevo deberá recibirse con estrene de calzado y ropa.

El presagio es que la industria manufacturera y alimenticia, necesitará cantidad de mano de obra y allí podría estar la solución para quienes están acostumbrados a pasarla sabroso en diciembre.

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