La pandemia, es historia. A producir calzado y ropa… la industria de la moda es inmensa.
ATRÁS, y por siempre, deberán quedar los últimos años, en los que la humanidad fue víctima de la Covid-19, que entre 2020 y 2022, mató a miles de personas y volvió flecos la economía. 2023 ha sido como un ¡cese a la horrible noche!, para darle paso a un nuevo amanecer.
A la pandemia es necesario echarle tierrita e iniciar, ahora sí, una reconstrucción total: es a recuperar lo perdido e ir más allá o el hambre nos absorberá. La situación es crítica, lo cual deberá poner a funcionar mucho más, y con urgencia, el cerebro de los habitantes del planeta, para reactivar la economía… la de carne y hueso.
Los hombres y las mujeres lo pueden todo: las máquinas ayudan, complementan procesos, más no piensan; alguien tiene que poner los dedos sobre ellas para que funcionen. Ha llegado la hora de que se aproveche al máximo lo que está de moda: la virtualidad y la inteligencia artificial, que, en vez de fortalecer, debilita, especialmente a la clase media-baja, que no le encuentra la punta al hilo. Las tecnologías se concentran en los poderosos, que aprietan y aflojan, generando incertidumbre entre quienes viven de un salario; que se ven desplazados porque gran parte del aparato productivo es movido por máquinas.
La situación es angustiosa. Sin embargo, es manejable: Dios creo al hombre para que disfrute y conserve el planeta, no para que se convierta en un destructor, que es lo que se está viendo con las guerras, luchas éstas que no buscan una dignificación sino quién es el más fuerte, llevando el desarrollo económico a una profunda crisis y a un desenlace impredecible, por el ansia de poder entre las llamadas potencias, que, en vez de buscar aliados para reivindicar a la sociedad, quieren aniquilar a quienes no comulguen con sus tesis.
La pandemia dejó delicadas secuelas y los gobiernos tendrán que manejar con cabeza fría la parte industrial, que es esencial en el bienestar de quienes tenemos los pies sobre el piso.
Sin economías sólidas es imposible combatir el hambre, según expertos en finanzas, quienes aconsejan promover el desarrollo productivo, que garantice estabilidad económica y laboral, y con ellas una paz duradera.
Las predicciones señalan que, el año que se aproxima, será excelente para el fortalecimiento industrial, al cual habrá que darle una verdadera importancia. No podrá ser sólo un compromiso de los mecenas que invierten a todo riesgo… los estados tendrán que ponerse las botas y el overol, y es obligación respaldarlos para que los negocios sean sostenibles.
No nos cansaremos de expresar que el sistema moda: curtidores de cuero, textileros, zapateros, confeccionistas y afines, son infranqueables y tienen un compromiso admirable con Colombia, pero sus esfuerzos no se reflejan en los planes macro de quienes manejan someramente la base de la economía, a la cual poco llegan.
Los zapateros y confeccionistas colombianos deberán tener programas específicos. La Economía Popular, en el gobierno de Gustavo Petro, los involucra, pero no es sólo montarles el Zasca Moda Confecciones y el Zasca Calzado y ya…
La chequera, para que tengan capital de trabajo, es fundamental en esta tarea, de lo contrario, los zapateros y fabricantes de ropa continuarán en el aire… en la pobreza.
Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo, para todos. El Periódico El Peletero: 27 Años, estará siguiéndoles los pasos.
Esperamos que 2024 sea maravilloso. ¡Mil bendiciones y compremos lo nuestro!
El hoy y el mañana son resorte de la inteligencia humana… ¡Convenzámonos de eso!
Nos volveremos a ver en la IFLS, en Corferias de Bogotá (6 al 9 de febrero) y en las diferentes ferias de calzado y confecciones.
Comentarios